domingo, 4 de marzo de 2018

Receta para vagos #13: Quesadillas culturistas.

¡Hola holita, Miguelitos!


¡HOLA! ¿¡CÓMO ESTÁIS!? ¡NOSOTRAS A TODO VOLUMEN! ¿¡SE NOTA!? ¿¡OS ESTAMOS DEJANDO SORDOS MENTALMENTE!? ¡LO HACEMOS CON CARIÑO! (:D).

Ya nos hemos bajado el volumen, ya va todo bien. Podéis sacaros los dedos de las orejas. O no, como queráis. Nosotras no nos vamos a meter en lo que hacéis o no con vuestros dedos. Y con vuestras orejas. De hecho, cuanto menos nos contéis, mejor. O no. La verdad es que somos curiosas y algo morbosas y queremos saber. (CONTADNOS).

… Lisa.
¡Pero dejemos de hablar de perversiones creativas! (O no, porque a veces la comida puede considerarse también una perversión creativa). Hoy hemos venido a traeros una receta de esas que engordan a morir pero que se aman igualmente porque son igual de ricas: las quesadillas culturistas. Puede que lo de «culturista» os confunda un poco. (Yo la primera vez que escuché el nombre me quedé algo patidifusa. No sabía muy bien qué pensar) (¿Pero no les pusiste tú el nombre? ¡OMG! ¡He vivido una mentira!). No os dejéis engañar, no estamos ante una revolucionaria receta que os permitirá comer sano e hincharos a queso a la vez. No, lo sentimos. Estas riquísimas quesadillas no se llaman culturistas porque te vayan a permitir tener unos músculos de infarto (PUAJAJAJAJAJAJAJA ¿NOSOTRAS? ¿HACIENDO RECETAS SANAS? PUAJAJAJAJA), sino porque ellas mismas tienen unos músculos de infarto. Y es que el chorizo hace que tengan un montón de bultos dispersos haciendo que se gane el nombre a pulso por su innegable parecido a las personas que siguen este estilo de vida.

Esto me da un repelús que no me cabe en la vida. Es como un cruasán humano y menos mantecoso.
Ugh, nunca más me comeré un cruasán.
… no te lo crees ni tú.

Bueno, basta de hablar de ejercicio y músculos y tal. ¿Estáis preparados para la receta definitiva de quesadillas? ¡Esperamos que sí! ¡Dentro receta!

QUESADILLAS CULTURISTAS

INGREDIENTES
Tortillas de harina de trigo.
Chorizo.
Cebolla.
Diente de ajo.
Nata líquida. (Para cocinar, no para montar. Esa es otra nata, azucarada, además. Quedarían unas quesadillas de lo más dulces. No recomendado).
Queso emmental rallado. (Cualquier otro también queda bien, pero con este quedan más ricas).
Pimienta negra.

PROCEDIMIENTO
1. Quite la piel al chorizo y córtelo en taquitos. Póngalo en una sartén a fuego medio durante 5 minutos. (Si se cuelan más minutos, no pasa nada. Pero que no sean muchos).
2. Retírelos de la sartén dejando la grasita. (A.K.A el saborrrrrr).
3. Pique el ajo y la cebolla y arrójelos a la sartén donde se hizo anteriormente el chorizo.
4. Cuando la cebolla esté hecha, reincorpore el chorizo a la sartén y añada la nata.
5. Remueva bien para que se mezcle.
6. Añada el el queso rallado y salpimente al gusto.
7. Mézclelo todo.
8. Caliente las tortillas en el microondas unos segundos.
9. Rellene las tortillas por la mitad. Doblelas y corte por la mitad.
10. Disfrútelas bien calientes.


¿A que suenan terriblemente ricas? Pues que sepáis que lo están. Y no solo eso, sino que además son tremendamente fáciles de hacer. Es decir, solo requieren cuatro ingredientes, una sartén y un microondas. Tiene menos misterio que un botijo. Y están mucho más ricas que los botijos, aunque si a vosotros os va más pegarle bocados a recipientes de barro no vamos a ser nosotras las que nos metamos con vuestros gustos. Ya sabéis, vive y deja vivir. 


¡Y esto es todo por hoy, Miguelitos! Esperamos que hayáis disfrutado la entrada… y disfrutéis del culturismo quesadillil. Porque es algo demasiado rico como para tenerlo oculto del mundo. O de vuestras arterias.

Con mucho amor y brillis brillis
Camino y Marina

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