domingo, 29 de abril de 2018

Viñeta #8: Chistes absurdos.

¡Hola holita, Miguelitos!

Antes de nada, un pequeño aviso: si nos hacéis spoiler de Infinity War os buscaremos, os encontraremos y nos liaremos a sopapos con vosotros. Dicho esto
¿Qué tal os encontráis de encontraros esta semana? ¿Os habéis escondido bien? ¿Os han visto los pies bajo las cortinas? (Que, a ver, si vas a esconderte detrás de una cortina y la cortina llega hasta el suelo, ¿qué te cuesta ocultar tus pies con los bajos o ponerte de puntillas?) ¿Han oído vuestra respiración bajo la cama? (Esto es muy, muy creepy. Me encanta. Si de verdad os ha pasado es que sois expertos acosadores y ¡soy fan!) Os recomendamos, como expertas en escondite que no somos, el armario de las escobas o la bañera si es lo suficientemente profunda y vuestra mampara no es transparente (y si la tenéis. La bañera, no la mampara. Aunque también si tenéis la mampara). También colgados de la ventana es un buen lugar, aunque hay que reconocer que es potencialmente peligroso esconderse ahí. Nunca se sabe si te puedes resbalar o no. Y hacerte tortilla. Pero no de la rica. De la otra. De la de puaj. De la que no lleva cebolla.

Esta es una introducción a la entrada un tanto aleatoria. De nada. Y ahora, al tajo.

¡Dentro entrada!

Nosotras no hemos tenido tiempo de escondernos esta semana y la vida nos ha pillado antes de que tuviéramos la oportunidad (¿Pero sabéis qué? Mientras vosotros leéis esto, yo ¡estoy en Escocia! ¡Holaaaaa! … bueno, a no ser que estéis leyendo esto a partir del 2 de mayo. Ahí se me acaban las vacas. Trihtesa) (La vida se ha llevado a Camino a Escocia, como si ya no estuviera lo suficientemente lejos de mí) (Solo por unos días, amor mío. Nos vemos en nada). Por suerte, hemos podido escaparnos unos minutos de ella para traeros esta viñeta, que esperamos que apreciéis como buena gente que sois.

Realmente el chiste es bueno (aunque otra gente que no es Marina me miró muy mal por hacerlo). Sin embargo, tiene muchísimo más sentido si sabéis el contexto en el que surgió: estaba corrigiendo un libro infantil ilustrado cuyas protagonistas eran ovejas y salía una escena en la que dos de ellas estaban mirando a la luna. En ese momento una dice:
—Nunca había visto nada tan hermoso.

Y entonces la otra, mirándola, responde:
—Yo tampoco.

Y claro, de inmediato las sheep… eé :D. ¡No pude evitarlo! ¡Me lo ponían en bandeja!
Y Camino contó ese chiste a sus compañeros y a ellos no les hizo gracia o no pillaron la broma. Así que ella, angustiada ante la desazón, me pasó la conversación porque su chiste no triunfó y yo no pude evitar reírme, porque, en serio, sheepeo, me despollo. Qué le voy a hacer si tengo el mismo humor absurdo. Marina es lo mejor de mi vida. Chutu, te quiero.

En fin, Miguelitos, esto es todo lo que tenemos hoy para vosotros. Esperamos que lo disfrutéis, queridos. Recordad buscar entre vuestras relaciones aquellos que compartan vuestros malos chistes para hacerlos vuestros más geniales amigos porque compartir el humor es lo más importante en esta vida después del Spirk y el queso. ¡Y los helados! No olvidemos los helados.

Con mucho amor y brillis brillis
Camino y Marina

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