domingo, 5 de junio de 2016

Tortilla sin huevo no es tortilla, es patata escachuflada

¡Hola holita, Miguelitos!

Antes de nada, un breve aviso. Esta va a ser una entrada chorra, como casi todas las que hacemos. Pero, debido a que vamos a hablar de un tema que puede levantar ampollas, informamos antes de nada, de que no estamos en contra del estilo de vida ni del movimiento en cuestión. Sólo lo usamos para hacer bromas sencillas y bastante tontas, no con maldad (a veces. Otras sí). Dicho esto… ¡Seguid, seguid leyendo!

¿Cómo os lo estáis pasando? ¿Ha sido una buena semana? Contadnos, que nos interesa, que a nosotras la vida nos está pareciendo muy aburrida. Por favor, sin timidez, queremos saber. Somos muy cotillas, nos interesan multitud de temas.

CONTÁDNOSLO TODO... TODO...
Nosotras hoy venimos a hablaros de un tema serio, muy serio que nos preocupa mucho. Se ha cometido un crimen hacia la humanidad. Es una desgracia, una masacre, un despropósito, una maldad cometida a propósito y con crueldad y alevosía... y ganas de hacer llorar a gentes inocentes.


Y es que el otro día llegó hasta nuestras pantallas… la receta de tortilla de patatas vegana. El movimiento vegano. ¿Qué decir de él? Nosotras, personalmente, no lo entendemos. No somos veganas, hemos de decir. A ver, entendemos la filosofía que hay detrás y todo eso, que tontas no somos: sí, sí, es en forma de protesta contra el maltrato animal y las condiciones en que mantienen a los pobres bichos. Lo pillamos, hemos visto los vídeos, pero… como estamos muy felices y abrazamos nuestra vertiente omnívora con afán y cariño, no nos entra en la cabeza. En plan… se pueden comprar productos de comercio justo y de animales felices criados en granjitas con amor y felicidad. ¿Por qué renunciar al queso? ¡¿AL QUESO?! Porque a otras cosas, bueno, vale, podemos entenderlo, ¿pero el queso? ¿¡EL QUESO!? ¡Con lo rico que está el queso! Y que nadie nos venga a decir que hay queso vegano. Un queso que se haga con frutos secos NO ES QUESO digan lo que digan. El queso es el que lleva leche y punto. QUESO. (¡EL QUESO ES LO QUE ES QUESO!).

Nos gusta la carne, nos gusta el pescado, nos gustan los huevos, los productos lácteos, la miel (¡Y EL QUESO!)… Las chupas de cuero las miréis por donde las miréis son molonas hasta decir basta (Las sintéticas no tienen ese caché tan genial), la lana es calentita y viene de fábula para hacer jerseys de invierno…  vamos, que de veganas tenemos lo que de Marilyn Monroe (yo iba a decir lo que Hannibal Lecter, peeero....) (Creo que lo pillan, de todos modos. No somos veganas).

Pero nos estamos yendo del tema porque nos gusta pasear. A lo que venimos es a hablar de la tortilla de patatas vegana. Y es que estaba Camino tranquilamente cotilleando Facebook’s ajenos (Soy una grandísima stalker, lo reconozco) cuando ese vídeo apareció ante sus ojos. Tras verlo, ojiplática y con ganas de llorar, se lo envió a Marina, quien, igual de atónita que ella, se quedó mirando la pantalla un rato sin saber muy bien qué decir. (No guardé el vídeo, muy mal por mi parte, lo sé, pero seguro que hay mil más en Internet por si tenéis curiosidad. Buscad por alguno que use harina de garbanzos).
Nosotras tras ver el vídeo
(Es que, a ver, ¿harina de garbanzos? ¿really?).
Para empezar el concepto de tortilla sin huevo. ¿Cómo rayos se hace una tortilla sin huevo? ¡Si es el requisito principal! Además, pregunta seria ¿qué tienen los veganos en contra del huevo? ¡Si a las gallinas no les duele! ¡Es su regla! (Su óvulo, más precisamente. Asqueroso pero delicioso y lleno de proteínas). ¡Y se pueden comprar de granjas felices! ¿Qué tiene de malo el huevo, con lo rico que está? A ver, que entendemos que, cuando el huevo viene de esas granjas donde usan la técnica de hormonar a las gallinas, y cuando les tienen ahí a todas apretaditas en un metro cuadrado... pues no. Vale, normal, fomentemos un trato justo a los animales.

Pero realmente venden huevos de gallinas felices, las gallinas de corral, que son libres y felices y alegres, que picotean por su campito aquello que caiga por allá y que ponen sus óvulos alegremente en sus niditos de paja... y luego viene la amable y bonachona señora granjera (o señor granjero) a recogerlos y meterlos en cajitas de cartón para enviarlos a las tiendas. ¡Son huevos buenos! ¡Huevos que no atentan contra nadie! ¡Huevos aptos para cualquier tortilla! ¿Por qué sustituirlos? ¡HUEVOS RICOS!


Nosotras pensamos en estos tristes huevos esperando en el supermercado para irse a casa de alguien junto a un hermoso saco de patatas (también de huertos felices) y poder así dar rienda suelta a su tórrido amor en una bonita sartén (junto a la esporádica, pero siempre amada cebolla). (Pregunta seria: ¿tortilla con o sin cebolla? Con, ¿verdad? ¿VERDAD?) (Con, Cam, con. Siempre con). Nosotras, queridos Miguelitos, nunca llegaremos a entender este despropósito contra la humanidad, este impedimento insano para un amor tan puro y visceral entre el huevo y la patata. Tamaña alegoría del romance trágico al más puro estilo Romeo y Julieta (que por cierto, para aquellos que van por ahí diciendo que quieren un amor así, que se lo hagan revisar: duró tres días y murió hasta el apuntador ahí. Así que un poquito de por favor y de rigor literario, eh) (Además, que el tío tan pronto estaba enamorado de una como de otra. Muy de gusto ligero lo veo yo a ese).

Y el caso es que sustituyen el huevo con nó sé qué mejunje hecho con harina de garbanzos y agua y cosas raras. ¡DE GARBANZOS! Qué tristeza más grande, por favor. Si es que ves esa tortilla (¿se puede llamar tortilla si no lleva huevo?) y te entran ganas de darle el pésame al cocinero (Y al que se la va a comer). Que lo mismo sabe rica, oye, pero... no sabemos, una tortillita de patata hecha con huevos, tan rica y deliciosa y que no le hace daño a nadie...  ¿Pa' qué usar garbanzos? Garbanzos para hummus o cocido o falafel.

Hola, me hacen con harina de garbanzos.
Pues eso. ¿Por qué hacerle eso a una plácida y dulce tortilla? ¿Se puede llamar tortilla a algo que no tiene huevos? Y no vale salir por los cerros de Úbeda (Nunca he estado. ¿Serán bonitos?) para decir que las tortillas mexicanas se llaman tortillas y no llevan huevo. Hablamos de las tortillas tortillas. Porque, a ver, la tortilla francesa, ¿qué hacemos entonces con la tortilla francesa? ¡Es solo huevo! Si le quitas el huevo, ¡se queda en nada! ¡Nosotras no queremos nada! ¡Queremos tortilla! ¡Tortilla de nada es nada! (Ofu, qué drama. Una tortilla francesa vegana es un plato vacío. Qué manera de sacarle los cuartos a una).

Como veis, queridos Miguelitos, aquí los Migueles nos encontramos profundamente indignadas por esta afrenta contra la humanidad tortillil. Y desde aquí queremos mandar un mensaje a todos los veganos del mundo (o, al menos, a los que nos estén leyendo, que dudamos sean muchos):

Veganos, entendemos vuestras razones y reivindicaciones, pero lo sentimos, deberéis inventaros otros platos porque nunca seréis capaces de imitar alimentos de magnificencia tal como el huevo. (¡O el queso!). 


Con mucho amor y brillis brillis
Camino y Marina

5 comentarios:

  1. Como persona que ha probado la tortilla de patatas vegana *gasp* (no preguntéis) vengo a arrojar algo de luz sobre esta entrada.

    Tengo que decir que está curiosamente conseguida a pesar de hacerse con harina de garbanzo (uno se cree que está comiendo una tortilla de patatas, aunque algo seca y compacta). Y evidentemente eso queda a unos mil años luz de la tortilla de toda la vida, que para mí lleva cebolla, patatas bien pochaditas (no demasiadas) y además está bien jugosa.

    Para que nos hagamos una idea, estimo que el nivel de calidad de una tortilla vegana sería equivalente al de una tortilla del Mercadona. A ojo de buen cubero.

    Z.

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    1. ¡Has probado la tortilla de patatas vegana, has probado la tortilla de patatas vegana! *te señala con dedo acusador y cara de asombro*... creo que si me la pusieran delante yo también la probaría, por curiosidad.

      ¡Y sí, tanto a Marina como a mí nos gusta la tortilla como tú! Club de la Tortilla Poco Cuajada y Con Cebolla a tope.

      Hm, es curioso. No digo que no lo vaya a probar nunca porque una es humana y curiosa hasta decir basta pero... tengo mis reparos con el asunto.

      ¡Gracias por comentar, Zarza! Que sepas que hemos estado fangirleando un rato por tus comentarios :D

      Camino.

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  2. Por cierto, viendo la portada y la firma de esta entrada, percibo con asombro y consternación que os falta un Miguel. ¿Puedo preguntar? D:

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    1. ¡Hola, Zarza!

      Tu percepción es cierta, falta un Miguel. Se trata simplemente de una consecuencia lógica de una diferencia de opiniones. Estas cosas pasan =)

      Agradecemos efusivamente tus comentarios.

      ¡Un saludo!
      Muff.

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  3. Bueno, la harina de garbanzo la ha usado mi madre, que es celiaca, para hacer pan sin gluten. Eso sí que lo entiendo, pero no el añadir harina, sea cual sea, a la tortilla. La verdad, donde esté una de las de mi madre o de mi abuela, jugosita, con las patatas bien hechas... La cebolla me da igual; me gusta igual con o sin ella. Si la ha hecho mi madre o mi abuela, va a estar buena sí o sí.

    Habéis hecho que recuerde aquella vez que mi madre nos enseñó a mi hermano y a mí de un chef americano cometiendo otra tropelía culinaria, destrozando algo tan típico y emblemático de mi tierra como es la paella valenciana. Le metía chorizo, almejas, al final echaba un chorro de aceite como quien aliña una ensalada... Y me callo, que me está dando asco de solo pensarlo (también me estoy partiendo de risa al acordarme de semejante engendro pseudogastronómico, pero bueno, prefiero no recordarlo mucho. Ughj >.<)

    ¡Saludos!

    Carol

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