domingo, 29 de mayo de 2016

Receta para vagos #6: Orgía gazpachil.

¡Hola holita, Miguelitos!

-Knock, knock.
-Who's there?
-Exactly!

Who doctor, who doctor! :D
¿Qué habéis hecho de vosotros en esta semana sin nosotras? ¿Habéis esperado con ansia y felicidad la entrada del domingo, esta que estáis leyendo ahora? ¿Sí? ¿No? ¿No sabéis? ¿Estáis muy confusos? (¿Os golpeáis a vosotros mismos?). (Yo siempre estoy confusa. Es mi estado de vida tan cerca de los exámenes). No estaréis leyendo esto con voz de teletienda, esperamos. Nosotras… hemos pasado calor en la biblioteca, hemos dicho “Buah, chavaaaaal” mucho, nos hemos quejado y nos hemos tirado de cabeza en la duchabarrabañerabarrabaldedeaguabarracomederodelgato… todo en la línea habitual. (¡Yo también he estornudado y me he rascado la nariz!) (Yo no, soy una rebelde).

Aaaagüita fresquitaaaa...
Hoy estamos vagas. (Qué novedad). Es que ha llegado el calorcito [JÁ, CALORCITO. Han abierto las puertas del infierno para que entre brisilla y nos la estamos comiendo toa’ (¡Satán! ¡Gato malo! ¿Qué has hecho ahora? ¡Deja de jugar con las puertas del infierno!)] y vamos aplatanadas* por la vida. Como concepto, aunque Marina no sabe lo que es estar aplatanado (Porque, a ve', yo no me siento amarilla ni con forma apepinada), y si tampoco lo sabéis vosotros es que sois unos incultos está todo explicado abajito. Y claro, estando así como estamos pues no nos apetece hacer una mierda. Como, por ejemplo, cocinar. Comer sí pero cocinar no.

Oh, vagancia, bella, bella vagancia...
(Por no apetecerme no me apetece ni bajar escaleras, como aquí al amigo).
¿Adivináis de lo que va la entrada de hoy? (Pausa para respuesta). ¡Sí, de una receta! Qué avispados que sois. Y como parece que nos mola tanto este formato vamos a pasar a dejar lo de las interacciones, que están to’ graciosas. ¿De qué es la receta, chicos/as/es? Os damos tres intentos. Va, el primero (pausa para respuesta). ¡NOOOOO! No era pollo al ajillo. Cachis. ¡Segundo intento! (pausa para respuesta) ¡Incierto! Tampoco son berenjenas con tomate. Tercer intento (pausa para respuesta). ¡Huy, casi, casi! Pero la mermelada de chorizo nos queda siempre muy espesa, así que preferimos guardarnos la receta para nosotras. (Personalmente llevo despollada con lo de la mermelada de chorizo por días. DÍAS). Como vemos que no acertáis ninguna os lo vamos a decir nosotras, que en realidad somos unas blandas (A lo mejor se debe al hecho de estar aplatanadas, eso me pegaría más), como el turrón de Jijona en verano.

¡Esta receta va sobre el gazpacho!

Sabíamos que llevabais esperando esto largo tiempo, porque a veces sí somos Charles Xavier (*-*) y sabemos que deseáis conocer nuestros más oscuros y profundos secretos… acerca del gazpacho, guarrones.

Y es que... ¿qué es el gazpacho aparte de una bebida de dioses que alegra y refresca los corazones?

Bueno, así resumidito...
En fin, al trapo: 

INGREDIENTES
Manos (si sólo se tiene una no es el fin del mundo, no estamos en 2012).
Piernas (aquí si es necesario tener dos que ir a la pata coja es muy cansado). (Aunque si no tienen pues bueno, no es exclusivo... pueden ustedes tomar gazpacho también) (Siempre puedes mandar a otra persona que sí las tenga a que haga esta receta por ti o pedírselo a los buenos mozos del Mercadona para que te lo traigan ellos).
Un poco de dinero.
Bolsa.

PROCEDIMENTO
1. Salga de su casa. Asegúrese ir correctamente vestido de acuerdo a las normativas ciudadanas de su región (vale ir en chándal). (El nudismo al parecer todavía no está aceptado en todos los cascos urbanos, tenga en cuenta esto) (Probablemente si sale desnudo no llegue a realizar los siguientes pasos de la receta porque se le acusaría de desorden público).
2. Busque en el mapa su Mercadona más cercano. Realmente serviría cualquier tipo de establecimiento ultramarinos-supermercado, pero como esta es nuestra receta y a nosotras nos gusta el Mercadona pues hale.
3. Ponga rumbo hacia el mismo y entre por la puerta principal recibiendo con un suspiro aliviado (importantísimo) el aire fresquito (si es verano) o calentito (si es invierno) con el que le saludará (puede entrar también por una puerta de servicio, pero si no trabaja en el establecimiento puede acabar teniendo problemas).
4. Busque la sección de comidas preparadas y acérquese con cautela a la misma: los productos no muerden, pero hay que estar atento ante tantas opciones. Recuerde que usted es el que muerde (y quien se los va a comer). No deje que le intimiden con su variedad de formas y colores.
5. Seleccione de entre toda la diversidad de productos expuestos ante usted los briks denominados como “Gazpacho Tradicional”. No se confunda con “Salmorejo”, “Salmorejo andaluz”, “Hummus”, “Tzatziki”… o ante cualquier otro producto no denominado como “Gazpacho Tradicional”. Tampoco deje que le ponga ojitos el “Gazpacho andaluz” o el “Gazpacho suave”: no están igual de ricos. No lo olvide. “Gazpacho Tradicional”. Sólo “Gazpacho Tradicional” y únicamente “Gazpacho Tradicional”. 
6. (Es el del brik rojo).
¡ESTE!
7. Extienda la mano y hágase con el brik seleccionado. Puede coger más si tiene ansia viva o desea mantener repuestos en la nevera. Aquí nadie juzga. (Personalmente a mí me gusta tener repuestos).
8. Encamínese hacia su caja registradora más próxima: recuerde que tiene que tener a una persona al otro lado que pueda cobrarle. No espere en cajas vacías (Intente también que sea la caja más vacía de clientela. No hay coñazo mayor que hacer cola tras un montón de gente lenta y desesperante).
9. Coloque el brik (o briks) sobre la cinta transportadora y espere su turno.
10. Una vez llegado su turno proceda a intercambiar el dinero por los briks (o brik). Asegúrese de que la cantidad de dinero es igual o mayor al precio de los mismos.
11. Meta los briks (o brik) en la bolsa.
12. Vuelva a casa y, si ha comprado de repuestos, métalos en la nevera. Mientras tanto coja un vaso/bol/plato hondo/taza y sírvase una cantidad de “Gazpacho Tradicional” adecuada a la necesidad que se ha de cubrir (y a la capacidad del recipiente).
13. Paso intermedio que no sirve de nada porque a Camino no le gusta que se quede en 13 pasos. (¡Trae mala suerte, lo dijo la profesora Trelawney!) (¡Introduzcamos unos minutos musicales! Maná maná, tu tu tururu, maná maná, tu turu tu, maná maná tu tu tururu tururu tururu ru ru ru ruru ruru... maná maná maná maná, ma-) (PARA YA).
14. Disfrute.

Este señor nos da todo el mal rollo pero va que ni pintado.
Qué, ¿os ha gustado esta maravillosa receta gazpachil? Lo cierto es que en un principio pensábamos dejaros nuestra propia receta, pero da la casualidad que tanto Marina como Camino tienen recetas distintas, con ingredientes y cantidades distintas y una elaboración distinta. Además, como hace tanto calor y estamos tan vagas… ¿por qué hacer cuando puedes comprar? ¡Imperio consumista! (Por cierto, Mercadona no nos paga por hacerles publicidad. Ya nos gustaría, ya, pero no). (¡Si alguien que esté leyendo esto trabaja en el Mercadona nos puede patrocinar que se manifieste!) (Cobramos por anuncio y nos especializamos en alimentos envasados y cosmética).

Y hasta aquí la entrada de hoy. Si no os gusta el gazpacho os podéis ir por donde habéis venido. En serio. Enfermos. Esperamos que os haya gustado, que la hagáis y nos mandéis fotos para etiquetarnos en ese Instagram que no tenemos ni tendremos y todas esas cosas que dicen los youtubers. Ah, sí: fav y manita arriba (¿Cómo que manita? ¿No es el pulgar?). (¡FISTING DIVINO!). (Algún día explicaremos lo del fisting divino, pero hoy no es ese día).


¡Enga,talué, chavales! A disfrutar del gazpacho y del calor… a quien lo soporte. El calor, no el gazpacho. Gazpacho rico. Mmmmm.

Con mucho amor y brillis brillis
Camino y Marina

*Aplatanar: volverse indolente y apático, especialmente por influencia del ambiente o del clima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Adelante, no seas tímido, comenta, por favor! Al fin y al cabo vuestros comentarios son los que le dan vida al blog... (Y a nosotras nos hacen muy felices. En serio, nos emocionamos mucho).

Eso sí, y quien avisa no es traidor: si el comentario es simple SPAM o demuestra que no habéis leído la entrada (y lo sabemos, siempre lo sabemos) recibiréis una sorpresa. No es nada malo, tranquilos. Pero recordad… Los Migueles siempre nos enteramos de todo.

¡Gracias y muchos brillis brillis para vosotros!